Mi nombre no tiene importancia, mi edad tampoco. Sólo diré que mi título de Vicioso y Hombre Malo me fue conferido, tras estudiar la vida entera en su academia, por una milenaria formalidad ideada naturalmente por los hombres. Y que si de algo soy testigo es de un derrumbe moral que me ataca por todos los flancos y me obliga a sumarme a él, en el entendido de que la verdad no es otra cosa que aquello que todos tratan de ocultar.
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viernes, diciembre 01, 2006
Plumaje de gorrión
Más que con el voyerismo, ese acto innato de andar mirando todo lo que se mueve, la autodestrucción está relacionada con el exhibicionismo. La autodestrucción es una enfermedad, no forma parte de la naturaleza humana; el exhibicionismo sí: es la prueba visible de la capacidad, errado camino de conquista. La conquista es subterránea, se mueve por otros senderos. La conquista es un pacto. El amor lo envuelve todo. Los exhibicionistas son ejemplares desesperados por pegarse a la piel por un rato una etiqueta de malsana figuración. Se les confunde con los burlones y con los cínicos. Pero son mucho menos: son apenas exhibicionistas de plumaje de gorrión.
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1 comentario:
La verdadera enfermedad en hacer daño gratuitamente.
Hay que aprender a odiar sin que se note.
Otros pueden ser peores
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