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sábado, junio 20, 2009

Explosión de vida

Explosión de vida. Mesa humeante. Chicas revoltosas. Brindis. Anécdotas cigarrillos flashes y ansias secretas de apareamiento. La vida fluye. La vida debe palpitar y luego debe recogerse. La vida vale mucho. La vida vale bien poco. La vida es un torbellino de soles desbocados. La vida es un manto de sombra. La vida tiene moral. La vida no tiene moral. La vida tiene sentido. La vida no tiene sentido. La vida se vive con los sentidos. Los sentidos generan sensaciones y las sensaciones generan pensamientos. Los pensamientos alejan de la vida. La vida se muestra por instantes. El placer acerca a la vida. A mayor placer menos pensamiento y más vida. El placer más intenso es la vida en estado puro. El éxtasis es explosión de vida. La vida en estado puro se desconecta de la realidad. La sensación más prolongada e intensa de vida no está en el placer, está en el dolor. El poder de concentración del ser con su dolor supera al del éxtasis. La vida necesita respiros. La vida necesita sumergirse en el mundo verdadero, porque cuando la vida se sumerge en el mundo de las ideas la vida deja de ser la vida. Pero la vida para ser vida precisa del verbo y el verbo es el comentario acerca del mundo ficticio, que es el mundo de las ideas combinadas con la de los sentidos. La observación no es parte de la vida. La vida prohíbe vivir a quienes la observan. Los observadores de la vida viven la vida observando la vida. La vida no fue hecha para ser observada. Si no fuera observada, la vida pasaría sin pena ni gloria. Quien quiera vivir la vida debe entregarse a la vida. Quien desee vivir para observar la vida debe renunciar a vivir. Sólo quien renuncia a vivir puede describir la vida. Quien vive la vida está imposibilitado para referirse a ella. Quien vive, desea. Quien observa, reprime el deseo. La vida es una explosión y la inmortalidad, un sacrificio.

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