Visitas de la última semana a la página

miércoles, julio 18, 2012

La felicidad

Si la felicidad es la ausencia de problemas, entonces no existe. O es, como se dice, instantes.
Vaivenes de la mente.
Hay quienes no pueden vivir sin problemas; se los fabrican para sentirse infelices. O los andan buscando para resolverlos y sentirse felices.
Yo no soy ni fu ni fa; los ando buscando para rubricar mi sino.
Veo tanto corazón inadvertido ignorando su trampa, marcado su destino desde mucho antes de la hora de la luz; un coro de innúmeros niños marchando ilusos al acantilado.
Ese sino marcado es también el mío; mi desgracia es comprenderlo.
Y mil hombres vestidos de blanco entrarán profanando el altar.
Pueblos enteros se entregaron al destino. Corrió sangre como ríos de invierno. Rodaron las cabezas de los reyes y las almas muertas mostraron su faz por un instante, y entonaron un himno de venganza. Vino la paz, el sosiego, trayendo apenas diez años, cien de felicidad. Y luego del rincón de las arañas volvieron los problemas que se creían superados.
Nada es tuyo, hermano, nada te pertenece. Heredaste tus bienes de otros y otros los recibirán. Nunca lograré entender cómo engañaste al remolino del misterio para llegar hasta nosotros, pero sí entiendo que al misterio volverás, inerte, vaporoso. Creaste riqueza, vana vanidad. El mundo no ha prosperado una milésima, se mantiene quieto y asustado como hoja amarilla de álamo de abril entre las grúas mecánicas y las mezcladoras de cemento.
No habrá paz en la tierra mientras yo esté vivo.

martes, julio 17, 2012

Signos

Los primeros signos se pierden en el tiempo, mas aquellos que retiene la memoria se presentan siempre como fenómenos relacionados con la ternura. Lo han dejado a uno pensando, se ha sonreído uno un poco y luego la tierra ha seguido girando en torno al sol.
Cuando se produce el colapso, la mente se hace la pregunta y no halla explicación. De pronto reaparecen los signos; se dibujan en la abstracta memoria y todo parece calzar. Incluso surgen signos equívocos que se unen a este nuevo clan, a este nuevo orden. El caos momentáneo ha dado paso a un sistema.
En ese instante de las cosas la ternura ha desaparecido y en su lugar se ha instalado el horror. Lo que antes provocaba ilusión hoy genera rechazo. Cunde el desaliento y se andan mirando con extrema desconfianza las sombras que aparecen del otro lado de la esquina.
Pero todo sistema tiene sus grietas y aun este lóbrego rompecabezas debe su forma a los cambios. Desde su centro caótico, plagado de signos contaminados, brota un día cualquiera la razón y renace la esperanza, al emerger nuevamente el amor desde el abismo al que se lo había confinado. Dicha así la última frase parece manida, poco profunda y hasta poco importante, pero se me ocurre que es la forma más sencilla de expresar la idea.

viernes, julio 13, 2012

Superada la primera edad

Superada la primera edad
cómo haber sido tan necio
cómo no advertí la trampa
de ser como yo era.
Mirada así la historia
suena a último deseo
en el patíbulo
a despertar de curado
pero no.
Es simplemente darse cuenta un poco tarde de las cosas
y como no cabe otro remedio
vertirlo en el papel.
Lo que imaginé haber sido
no lo fui
los verdaderos asesinos son
Hombres con mayúscula
compadritos de Borges
que viven en el sur.
Yo soy de la provincia
de corazón minero y
vociferaciones; grito acaballado
fuegos fatuos
fantasmas asesinos.
Un día me descubrí desde un rincón
alguien me vería, mas nadie lo anotó
cerré el puño
me rebelé en la sala de clases
desfilé por la calle Independencia
salté panderetas
fui a dar a la basura;
y el sol se puso como cada tarde.
Los dioses me enseñaron
no a golpes
objetivamente
así como enseña el tiempo
inofensivamente cruel, religiosamente;
había siempre una balanza
sobre la que me hacían caminar
y la balanza siempre se inclinaba
para acá o para allá
era un milagro matemático
nunca falló, como la ley de gravedad.
¿Qué sacaba con matar
si los gendarmes
brillaban por su ausencia
y las víctimas supuestas
a carcajadas reían
en la sala de espera del dentista
olvidando que no después de unos minutos
abrirían con terror la boca?
Qué sacaba con sentir el poder de dar la muerte
si el destino me lo había negado
qué sacaba con esos aires
de fortaleza que no hacían más que descubrir
mi gran debilidad.
Los dioses se aliaron con la gente
levantaron puentes levadizos
casas comerciales rascacielos
estatuas polvareda naves espaciales
inventaron el Big Mac y la singular
pasta de dientes.
Preocupados de sus propios asuntos
me habían olvidado
pasó la vieja para mí
hongo valía.
Entonces comprendí
que me había llegado la hora
de la resignación
y empecé a ver de otra manera
sacando raras veces las sobras de guadaña
que los años me alojaron
entre las vértebras del cuerpo
restos que la muela del molino fue moliendo
como muelen las vértebras el tiempo
y a uno lo enanizan.
Adiós bravuconadas
instintivas quimeras infantiles
Lucifer enmascarado.
Entró a mi hogar
una diosa velada
efluvio de pantano
fúnebre esperanza

lunes, julio 09, 2012

Cumplí lo encomendado

Si el problema se enunciara así:
CUMPLÍ LO ENCOMENDADO
De dónde la amargura
la cuesta, el bajo, la rodada

Atravesaba el río
YO ERA PARTE DE LA GENTE
Y la gente espejo falso
De mi andar confuso

De pronto ¡Eureka!
ME ENCARGABAN IGNORANDO
Nadie sabe era la instrucción subliminal
Enciende la luz ábrete camino

Lo quiero para ayer
GÁNATE EL ALMUERZO
Háceme el trabajo
Estamos en Chile ubicaté

Exigí detalles majaderamente
ME CRUCIFIQUÉ YO MISMO
Ya te dije sólo hazlo, cosecha
Fresas de amargura

Esto traje mostré un canasto a medias
EMPEZARON LOS DOLORES DE CABEZA
No era así la cosa
Cómo entonces no sé de otra manera

Obediente adelantado
ANSIOSO DE DAR EN EL GUSTO
Soporté al tarado tal por cual máximo jefe
Recibiendo una galleta de perro a cambio

Ya he cruzado el río
NO QUIERO QUE MIS HIJOS SEAN ASÍ
Los deseo libres de ataduras
Y que hagan lo que les ordene el alma

Aun si les va mal
NO PUEDE SER PEOR QUE LA OBEDIENCIA
Mi hermano nunca estudió para una prueba
Y su departamento tiene vista al río

Lo que se sabe de las cosas
TODO LO HA HECHO UN ALMA LIBRE
Enturbiamos el Mapocho
Los que cruzamos el puente