Sólo faltan dos cuadras, dos cuadritas... ahora falta una cuadra y media... cuadra y media... cuadra y media... cuando llegue al árbol de la esquina faltará una cuadra, pero aún queda bastante, varias casas, un par de edificios para llegar al árbol de la esquina... ahora falta una cuadra... una cuadrita... ya se ve la casa, hay que sacar las llaves, tenerlas listas, llegar y entrar, una cuadrita... ahora es media cuadra, media cuadrita... media cuadrita, no pasa nunca el tiempo... ya está llegando, ya se puede decir que llegó, ya salió adelante.... ya se está salvando...
-¡Pero papá, qué te ocurre!
-¡Déjame pasar, tonta!
-¡Ja ja ja! ¡Estás loco, viejo!
Adentro, al fin sentado, es como un barco que se va a pique, como un cohete gigante que se lanza con violencia, dejando tras de sí una estela rabiosa de fuego, una mezcla de satisfacción y dolor, una suma de sensaciones que sobreviven al big bang del universo...
Mi nombre no tiene importancia, mi edad tampoco. Sólo diré que mi título de Vicioso y Hombre Malo me fue conferido, tras estudiar la vida entera en su academia, por una milenaria formalidad ideada naturalmente por los hombres. Y que si de algo soy testigo es de un derrumbe moral que me ataca por todos los flancos y me obliga a sumarme a él, en el entendido de que la verdad no es otra cosa que aquello que todos tratan de ocultar.
1 comentario:
Cuando despertó el dinosaurio todavía estaba allí....
Besos
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