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miércoles, febrero 26, 2014

La noticia

-Saliste en el diario.
El hombre abrió los ojos: los tenía inyectados de sangre; ojos de sueño y de borrachera. Volvió a dormirse.
-Oye, saliste en el diario.
-Qué pasa...
-"El gordito que aplastó a la bailarina". Eres tú.
El hombre volvió a abrir los ojos. Le costó entender que estaba en su departamento; vio la hora en el despertador: las dos de la tarde. Otro día más sin trabajar.
-¿Qué dices?
-Saliste en el diario. "El gordito que aplastó a la bailarina". Eres tú.
Trató de asimilar la frase. De la noche anterior no recordaba nada después de que entró al local.
-Qué pasa.
-Saliste en el diario. Mira la foto. Eres tú. ¿No te da vergüenza?
El hombre se incorporó, su chica le acomodó un almohadón en el respaldo de la cama y le puso el diario ante los ojos. La cabeza se le hinchó como globo: miles de agujas hacían presión para que estallara, y no estallaba. Se sentía como en otra dimensión, la cabeza le hervía mientras se enteraba de un capítulo desconocido de su vida. Se trataba de la historia de un gordito pasado de copas que se entusiasmó viendo una pelea en leche entre dos bailarinas de topless, que se subió al escenario sin que los guardias lo pudieran contener y que se abalanzó sobre una de ellas, con los ojos vidriosos, aplastándola bajo la leche que llenaba la piscina de plástico.
Su chica leía junto a él. Desde la cama se veía el lavaplatos, repleto de ollas sucias.
-¿Cómo son las peleas en leche?
-No sé...
-Malo. No me quisiste llevar.
-No friegues.
-¿Me llevas esta noche? Me gustaría ver una.
-Déjate de fregar. Dame un anacín.

1 comentario:

La Lechucita dijo...

Ando a full, y ahora me voy de viaje a la vuelta le leo de un tirón y le comento.

Un abrazo.