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viernes, junio 05, 2015

Cleo

Un postrer respiro entrecortado te regaló la entrada a los prados verdes que tanto amas y donde ahora corres, libre. Vagas oliendo la huella que te lleva al agua del arroyo, donde sacias tu sed; te echas gustosa a la sombra de los árboles para aliviarte del calor. En las noches de luna duermes plácidamente sobre un lecho de hojas, soñando con las mañanas de domingo.
Llegará el día en que divisarás a lo lejos al primero de tus amos; entonces volarás como un cachorro enloquecido para apegarte a su figura, moviendo la cola. Cuando vayan apareciendo los demás, uno a uno, te brillarán los ojos inocentes y estarás de nuevo en la familia.

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