-¡Hola, don Sergio, amor bello!
-Hola, Jackie.
-Altiro le preparo su jugo don Sergio, amor bello, precioso.
-¿Cómo está la caña?
-Nada, don Sergio, no celebramos. Íbamos a ir al Hipódromo, por donde yo vivo. Pero la pura entrada eran cuatro mil y adentro son más gastos. Comida. Bebida. Cobran muy caro. Hay que juntar para el Día del Niño, este domingo.
-¿Le gusta su nuevo presidente?
-No mucho.
-¿No votó por él?
-No. Yo soy fujimorista. Voté por Keiko. ¡Hola, preciosa bella!, ya le hago su juguito.
-¿Fujimorista?
-Sí, don Sergio. Es que sufrimos mucho en la selva...
-¿Sendero Luminoso?
-Por Sendero Luminoso. A mi mamá la mataron los terroristas. Yo tenía dos meses de vida. Le dijeron que tenía que doblegarse, pero ella dijo que al único que le pedía perdón era a Dios. Entonces la llevaron a su cuartel. Doblégate. No me doblego. Doblégate. No. Y le dispararon dos balazos en la cabeza delante de mis abuelos. Figúrese, no haberse doblegado, si tenía hijos chicos que mantener. Nosotros vivíamos en el Amazonas, don Sergio. Mi abuelo tenía 35 hectáreas de sembríos y lo perdimos todo. Después llegaron unos vecinos. Era de noche. Váyanse, que a las 3 de la mañana van a venir a buscarlos y los van a matar a todos. Nos fuimos a Trujillo, a empezar de cero. De norte a norte.
-Parece que su vecino de puesto sí que celebró, porque no lo veo.
-Ese gordo pasa curado. Toma por las puras, cuando hay fiesta y cuando no hay fiesta. Le va a pasar la cuenta el, ¿cómo se dice? el hígado... Tome, aquí está su juguito, amor bello.
-Gracias.
Mi nombre no tiene importancia, mi edad tampoco. Sólo diré que mi título de Vicioso y Hombre Malo me fue conferido, tras estudiar la vida entera en su academia, por una milenaria formalidad ideada naturalmente por los hombres. Y que si de algo soy testigo es de un derrumbe moral que me ataca por todos los flancos y me obliga a sumarme a él, en el entendido de que la verdad no es otra cosa que aquello que todos tratan de ocultar.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario