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lunes, agosto 13, 2012

Hombre, mujer

El hombre debe tomar la iniciativa. Es su naturaleza, está escrito en la historia, pero sé de sobra que aplicada a mi conducta diaria no es propia de mí tal característica. Sin embargo, hasta hoy no había hecho la analogía. Si ser hombre es conquistar, emprender, tomar la iniciativa, entonces con vergüenza debería admitir que yo exhibo más tintes femeninos que masculinos.
Las verdaderas mujeres desean a los verdaderos hombres. ¿Por qué no son honestas con quienes no siguen el patrón? ¿Y qué decir de las mujeres-hombres que no reconocen la vulgaridad, la ostentación de que hacen gala al aparentar lo que no son?
Es tan difícil asumir un papel ajeno. Se arrastra el propio como abrigo largo, como pena que deriva en amargura. Se quisiera ser de otra manera, pero jamás se renunciará a la original. Dije tantas veces de mí mismo que siempre me he sentido como un barquito de papel sobre las olas, navegando de un lado a otro, aceptando los desafíos encomendados en cada ensenada, procurando cumplirlos con brillantez. Lo decía con un cierto grado de orgullo; hoy me debilita confirmar esa verdad y tal vez allí se aloje el cuesco de mis sueños.
Las sociedades socialistas son femeninas; las capitalistas, masculinas.
Cuándo soy un hombre de verdad, cuando escribo. Allí me hago salvaje en mi mundo mío y propio, abro senderos, asumo riesgos, levanto catedrales de fantasía. Y sin embargo de qué escribo: de mi interioridad, de cómo soy. Lo reconozco a estas alturas con un dejo de humor.
Cuando más hombre soy es cuando hablo de mi pasividad.

2 comentarios:

Cristián Kristian . dijo...

Sólo un hombre haría un pajeo mental así.saludos

Anónimo dijo...

Hombre-Mujer..... !!!fuera los estereotipos!!! Cada uno es como es y bastante tiene con saber como manejarse...
Volví a la ciudad que quema mas que el fuego.

Un abrazo