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domingo, julio 19, 2020

Sueño dominical con un hombre incluido en una revista

Debía hacer clases y le dejé la guagua a Sergio, pero Sergio se la entregó a otra persona y ahora yo debía recuperar la guagua. Atardecía y todo se tornó confuso: la guagua no estaba donde debía estar, el sujeto se había trasladado a la calle Alameda con San Ignacio, donde nos esperaba con la guagua en brazos. Tenía que ir a buscar la guagua aunque perdería la clase, pero no había alternativa. El problema era que las micros tomaban recorridos caóticos.
Nunca más volví a saber de la guagua y lo culpé a él. Temeroso de un ataque, Sergio se escondió dentro de una revista. Cuando vi un montoncito dentro del papel aplasté la revista en el suelo. De adentro brotó un chillido casi inhumano. Ay. Ay. Qué haces.
Corrí a buscar algodón y alcohol. Al volver a la oficina sobresalía un dedo de las hojas de la revista. ¡Le fracturé un dedo a Sergio!, pensé.
En su despacho el doctor abrió la revista, echó un vistazo y diagnosticó: ¡No tiene nada! ¡Se está haciendo! Abrí la revista y Sergio había desaparecido. Cuando ya todo volvió relativamente a la calma, me confesó que había huido para evitar males mayores.
A través de la pantalla mis cuñados ríen a  carcajadas con el sueño que les ha contado mi esposa.
-¿Qué interpretación le darían? -les pregunto.
-Sergio se quiere ir y la Paty lo quiere retener -dice Isabel. Mi mujer le replica al instante, casi inconscientemente: "Ojalá se fuera".
-La guagua es algo tuyo que pierdes -le dice Carlos a su hermana, que es mi mujer.
-Significa que eres un alaraco -irrumpe Isabel.
-A propósito, ¿se acuerdan cuando hace años les contaba que había comenzado a soñar con guaguas? Por una u otra razón aparecía un bebé en mis sueños. No eran pesadillas, eran sueños tiernos, que en ese momento interpreté como un renacer de la pureza en mi alma -les digo.
-Claro que me acuerdo, lo dijiste hartas veces -dice Carlos.
-Pues bien, al poco tiempo Matías me comunicó que iba a ser padre y meses después nació Benicito. Eso dice mucho acerca de los sueños. No todos tienen una explicación racional. Existirían las premoniciones, aunque también está el factor de la intuición. Lo digo porque yo me considero una persona fundamentalmente intuitiva, más que analítica.
Carlos dispara:
-La teoría cuántica habla de que el tiempo está encerrado en un envase, donde el pasado, el presente y el futuro se mezclan como si nada.
-Entonces una parte de la mente sería capaz de captar eso a través de los sueños.
-Exactamente.
-¿Y qué tienen de almuerzo?
-Prietas con puré de verduras.
-¿Con un vaso de leche, como la otra vez?
-No, ahora nos preparamos y tenemos vino blanco, vino tinto y cerveza -dice Isabel.
-...Y leche -agrega Carlos.
-¿Será verdad que un vaso de leche tibia antes de acostarse hace dormir mejor?
-A mí me resulta -dice Carlos-. Anoche mismo me tomé uno y dormí como un lirón.
-¿Será un efecto psicológico o químico?
-Yo creo que se asocia con la leche materna.
-Entonces es mental- digo.
-Mental -dice Carlos.
-Emocional, dice Patricia y añade: ahora nos vamos a despedir, porque estamos atrasados con el almuerzo.
-Verdad. Hasta el otro domingo.
-Chao.
-Chao.
-Chaooo.

domingo, julio 05, 2020

Zoom

Exceso de imágenes entrecortadas, de diálogos a medias, de silencios, de voces de pianos eléctricos, de cortes abruptos, de papas fritas, piscolas, cervezas, luces violentas, gatos que se cruzan, citas agendadas, pulgares, manos diciendo adiós, poses, palabras vacías, el tiempo, el frío, la lluvia, el almuerzo, el vino, la marca del vino, la cepa del vino, el precio del vino, la salud, la tos, la alergia, el miedo, la actualidad nacional, la serie de Netflix, no esa no, otra, la compra internet del supermercado, la comisaría virtual, los hijos, las hijas, los sobrinos, la última gracia de la nieta, el futuro, la batería al dos por ciento, bye, hasta pronto, cuídense, nos vemos el próximo sábado.