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miércoles, junio 09, 2021

El Expulsademonios; los muertos en vida

El Expulsademonios es reversible; procesa hasta el infinito sus defectos, que van renaciendo de su boca calcados de los anteriores. 
El hecho de carecer de brazos no lo victimiza más que a los otros ejemplares de su raza hermana, la de los muertos en vida. Mientras a estos últimos sus parientes los instalan al lado de la puerta para que contemplen el atardecer y el pasar de sus vecinos, el Expulsademonios vive sentado en el piso de baldosa en un estado de obscena desnudez.
No puede inspirar piedad un espécimen de esa calaña. Lo que despierta son deseos de aniquilación y venganza soterrada, pensamientos debilitados por el contorno de pajarillos irónicos que adquieren sus defectos y que sumando y restando le otorgan una engañosa fascinación a su persona.
Los muertos en vida son seres renacidos con la misma edad que tenían al morir y las mismas enfermedades. Renacieron porque sus deudos no se alcanzaron a despedir de ellos como Dios manda. Luego de que han muerto por segunda vez son vueltos a enterrar. Tengan la edad que tengan al momento de fallecer, a los muertos en vida se los reconoce por el tono amarillento de la piel, un olor dulzón que se desprende de sus cuerpos y un impenetrable gesto semejante a la resignación, diríase una resignación propia de los que han retornado del Más Allá. La gente los saluda al pasar porque generan placidez, ganas de mecerlos. Ellos devuelven la mirada con una sonrisa boba, intraducible. Es imposible arrancarles palabra alguna, de allí que se les termine viendo sentados frente a las puertas de sus casas. De seguro molestan a los de adentro, sus deudos, mientras estos pasan la aspiradora, limpian las ventanas, preparan el almuerzo, vigilan las tareas de los niños o hasta hacen el amor. Los muertos en vida no se comunican; tal vez guardan celosamente el secreto de la eternidad.







 


Dibujos: S.M.L.

 

1 comentario:

Anónimo dijo...

Interesantes dibujos para ilustrar el texto
Un beso
La Lechucita