Visitas de la última semana a la página

sábado, octubre 17, 2009

Bitácora de una expedición al sol

Lunes 9
Despegamos; nos paraliza un vacío. Perdemos la noción de las cosas por unos segundos; luego todo vuelve a la normalidad. Durante un momento de lo que se podría llamar "la tarde", pero que en realidad corresponde a la cuarta hora del viaje que para nosotros comenzó al mediodía, Brent y Gastón me miran, extrañados. Todo marcha demasiado bien.

Martes 10
Llegamos al Sol a la hora prevista. La nave flota sobre la superficie gaseosa. Gastón y yo bajamos a inspeccionar; Brent permanece en la nave. Luego sube Gastón y baja Brent. Finalmente subo yo y baja Gastón. Sacando cuentas, habremos logrado descender unos 250 metros dentro del Sol.

Miércoles 11
Ya estamos de vuelta en la Tierra. Conversando con Brent y Gastón luego de la recepción tan amable que nos brindó la Agencia, decidimos mantener ocultos ciertos detalles del viaje. Nuestras mujeres ríen y beben en la terraza, nosotros preferimos conversar a oscuras, en el salón.

Jueves 12
El Sol es lo más parecido al dios de los egipcios. Una fuerza incontrolable, una luz tan intensa que no deja ver nada, un calor que derritió nuestros trajes, y a nosotros con ellos. La recomposición atómica de nuestros cuerpos ha debido de experimentar alguna falla, pues no me siento exactamente el mismo después de la expedición. Brent y Gastón me confirman que sienten como yo.

Viernes 13
Todo ha sido acordado. Fundaremos la religión definitiva o moriremos, no habrá término medio. Se deberá actuar con energía y extrema frialdad; nuestras familias han quedado al margen, ya forman parte de la historia. Don Gastón de Oliveira no estaba tan, tan de acuerdo con el plan, pero la flemática elocuencia de sir Brent Morris, unida a mis métodos heterodoxos, lo han logrado convencer. El tiempo es oro.

1 comentario:

Fortunata dijo...

¿¿¿¿Akenaton????....no se si lo he entendido bien...

Besos