Los primeros signos se pierden en el tiempo, mas aquellos que retiene la memoria se presentan siempre como fenómenos relacionados con la ternura. Lo han dejado a uno pensando, se ha sonreído uno un poco y luego la tierra ha seguido girando en torno al sol.
Cuando se produce el colapso, la mente se hace la pregunta y no halla explicación. De pronto reaparecen los signos; se dibujan en la abstracta memoria y todo parece calzar. Incluso surgen signos equívocos que se unen a este nuevo clan, a este nuevo orden. El caos momentáneo ha dado paso a un sistema.
En ese instante de las cosas la ternura ha desaparecido y en su lugar se ha instalado el horror. Lo que antes provocaba ilusión hoy genera rechazo. Cunde el desaliento y se andan mirando con extrema desconfianza las sombras que aparecen del otro lado de la esquina.
Pero todo sistema tiene sus grietas y aun este lóbrego rompecabezas debe su forma a los cambios. Desde su centro caótico, plagado de signos contaminados, brota un día cualquiera la razón y renace la esperanza, al emerger nuevamente el amor desde el abismo al que se lo había confinado. Dicha así la última frase parece manida, poco profunda y hasta poco importante, pero se me ocurre que es la forma más sencilla de expresar la idea.
2 comentarios:
Tendré que mirar bien las grietas a ver si hay algo de esperanza, de amor....
Un abrazo
como siempre hay frases notables.
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