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miércoles, febrero 20, 2013

El gato

¡Yo no fui!, gritó y al huir de la sala, seguida de varias compañeras, imaginó que la indicaban con el dedo. Las demás alumnas volvían del recreo y la profesora entró con ellas.
Por la noche esperó a sus amigas en el hall del cine, pero no llegaron. En cambio de la nada apareció su primo. Conversaron un poco, ella le mostró su boleto pero él ya había visto esa película. Se separaron, el chico se metió al baño de mujeres y se encerró en una caseta. Le gustaba espiarlas, se subía a la taza y las miraba desde arriba. Entonces le volvieron a golpear su puerta; su tía trabajaba como encargada de la limpieza. El muchacho vaciló.
En la población hacía un calor insoportable, todo el mundo dormía con las ventanas abiertas y las arañas salían de sus nidos para recorrer las paredes a sus anchas. En la cama, la mamá roncaba a pata suelta, sus ronquidos estremecían la pieza. La hija, que se revolvía entre las mismas sábanas, se levantó y se metió a la otra cama.
-Dicen que mataste un gato en la escuela -le susurró su primo.
-Yo no fui, tonto, yo no fui.

1 comentario:

Anónimo dijo...

¿De dónde a`pareció el primo al final? ¿vivan en la misma casa? algo no me termina de casar.
Un abrazo