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lunes, julio 17, 2023

Solo ante la acechanza de las máquinas

Todo se resume en que me fui quedando solo, y no es por lloriquear que lo digo. 
Solo ante la acechanza de las máquinas, el ulular del viento, las murmuraciones del aparato digestivo. Esas sensaciones no se las doy a nadie. De la tragedia un buen corazón se compadece; las pequeñas miserias despiertan sonrisas de ironía.
Antes, cuando no era tronco, cuando era una simple rama, la vida se hacía pasable a la sombra de las hojas; mamaba como laucha soñolienta.
Una vez que hube esparcido la semilla asumí la misión caballeresca de velar las armas.
Esto de vivir la soledad pasa de largo el aperitivo de las siete y va a dar a la voz anticipada de un silbido.   

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