Los miras y te dices: no soy como ellos, no pienso como ellos, no puedo sentir amor por ellos. Y hay resentimiento y enajenación en tu sentir, la impotencia de los derrotados que han intuido el abismo al que se dirigen.
Así te aislas, te sumerges, hundes tu cabeza de avestruz en el jardín del hogar y en la soledad del mundo abstracto buscas el refugio que tu ciudad no te da.
Teóricamente, el asunto se presenta muy sencillo: vaciar tus pensamientos diurnos de gusanos, pues de los nocturnos se encargan tus sueños.
Algunas de las estratégicas fantasías que andan por ahí revoloteando son
Resguardo
Defensa
Escondite
Poesía
Música
Paz
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