Los hombres caminan bajo los árboles, las bicicletas ruedan por la ciclovía. De pie en la micro le pido al Creador:
Ensancha mi alma
Rebaja mi ego
Destierra mis miedos
Mi nombre no tiene importancia, mi edad tampoco. Sólo diré que mi título de Vicioso y Hombre Malo me fue conferido, tras estudiar la vida entera en su academia, por una milenaria formalidad ideada naturalmente por los hombres. Y que si de algo soy testigo es de un derrumbe moral que me ataca por todos los flancos y me obliga a sumarme a él, en el entendido de que la verdad no es otra cosa que aquello que todos tratan de ocultar.
1 comentario:
Qué Dios te oiga.
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