Cuando volví a despertar, a las ocho y cuarto de la mañana, el sueño ya era una anécdota olvidada. Ahora, al atardecer, describo el episodio.
Mi nombre no tiene importancia, mi edad tampoco. Sólo diré que mi título de Vicioso y Hombre Malo me fue conferido, tras estudiar la vida entera en su academia, por una milenaria formalidad ideada naturalmente por los hombres. Y que si de algo soy testigo es de un derrumbe moral que me ataca por todos los flancos y me obliga a sumarme a él, en el entendido de que la verdad no es otra cosa que aquello que todos tratan de ocultar.
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martes, octubre 10, 2023
Hablando en sueños
Me desperté en la mitad de la noche ofreciendo a viva voz argumentos muy bien hilvanados a quien quisiera escucharlos, lo que equivalía a nadie, dado que es sabido que los caballos que pastan frente al ventanal del dormitorio tienen buenas orejas para oír, pero mal cerebro para razonar. Como alcancé a detectar que para mi vida real las palabras pronunciadas no tenían ninguna importancia me detuve a pensar en lo claro que estaba modulando en mis sueños, en circunstancias de que cuando antes quería hablar o gritar, de preferencia durante una pesadilla, no me salía la voz. Con ese pensamiento en la mente me volví a quedar dormido.
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